Una lesión en la estructura músculo-esquelética de la columna vertebral y su correspondiente indemnización por lumbalgia es una de las maneras en las que puede concluir un accidente de tráfico.
Sin embargo, por diversas circunstancias, no siempre se alcanza la solución idónea tras un siniestro de estas características.
Es conveniente conocer los derechos del accidentado pues, en el marco de la fatalidad que supone haber padecido un siniestro de tráfico, recibir una compensación económica permite que la recuperación sea menos dolosa.
A continuación, contamos cómo debemos actuar ante una dolencia tras un accidente.
¿En qué consiste este tipo la lumbalgia tras un accidente?
Las lumbalgias se caracterizan por la aparición de unos dolores que pueden ser intermitentes en la zona baja de la espalda. Se trata de unas de las dolencias más comunes que experimentamos las personas. En España, las lumbalgias son la primera causa de baja laborales.
Sus síntomas, por otro lado, pueden surgir de una manera gradual y sin causa o bien por causa sobrevenida. Esta última tiene que ver, por ejemplo, con los supuestos de los accidentes de tráfico.
La lumbalgia que se produce en un accidente de tráfico
Diagnosticar lumbalgia es muy habitual cuando se produce un accidente de tráfico. Así, si nuestro vehículo impacta contra otro, o algún elemento rígido, se va a generar un impacto caracterizado por la combinación de la fuerza con la que circula el coche y la masa contra la que se ha producido el choque.
Por ello, se va a dar un desplazamiento vertiginoso entre el cuerpo de la persona y el asiento protector, a la vez que sucede un impacto que se caracteriza por la multiplicación de la masa y la aceleración. Como consecuencia, se ocasiona la absorción de una violenta fuerza por parte de la espalda.
Diferentes lumbalgias en los accidentes
Los diagnósticos más frecuentes cuando se produce un siniestro en la carretera son el diagnóstico de un latigazo cervical, o de un latigazo lumbar. La diferencia reside en la zona de la espalda en la que se hayan producido los daños.
En el latigazo cervical, la absorción de la fuerza liberada en el impacto recae en la zona alta de la espalda cercana al cuello. Por su parte, en el latigazo lumbar se localiza la dolencia en la zona baja de la espalda. Se trata de un área sensiblemente más amplia que en la que se concretan los latigazos lumbares.